Aunque la mayoría de sus construcciones fueron quemadas debido a las guerras consecutivas y tuvieron que recibir reparaciones incluso reconstrucciones un par de veces, afortunadamente se lograron conservar El Salón de Mahavira (el salón principal del monasterio) y el salón que conserva textos budistas (o el salón de Sutra, en pinyin chino: Cangjing ge), los cuales aún reflejan el estilo arquitectónico de la dinastía Liao y la dinastía Jin (907-1234) respectivamente.
Datong era la capital auxiliar (se llamaba Pingcheng en aquella época) en la dinastía Liao y Jin, así que el templo de Huayan era el templo ancestral imperial, y gozó de una posición notable en dicho momento, por lo que ocupa una superficie bastante grande, en total son 66 mil kilómetros cuadrados.
Salón de Mahavira es la sala central de la mayoría de los templos budistas en China, generalmente se sitúa según la línea del eje central del conjunto de construcciones. El salón de Mahavira del templo superior de Huayan fue construido en la dinastía Jin, sin duda alguna es un edificio colosal, su fachada tiene 53.7 metros de alto y su profundidad alcanza 29 metros. Dentro de la sala, hay pinturas en la pared de figuras budistas que ya tienen más de cientos años de historia, y esculturas de Buda elaboradas en el siglo XV.
Una peculiaridad de este salón es su orientación, a diferencia de la mayoría, está de cara al sur, del oriente al este. (De hecho, todo el complejo de templos de Huayan tiene dicha orientación) Creen que eso se le debe a la etnia de corte imperial de la dinastía Liao. Ellos no pertenecen a la etnia Han, sino a otra etnia de origen extranjero que se llamaba kitán, quienes rendían culto al sol, de ahí se explica su ubicación.
Hoy en día, a pesar de que se encuentra este santuario en la zona centro de la ciudad, es un lugar muy silencioso y tiene un ambiente relajante perfecto para la meditación. Por otra parte, ¡Cómo olvidar su valor histórico, artístico y arquitectónico! Las construcciones de tamaño contundente en las épocas lejanas, las esculturas espectaculares de manera artesanal, los cuadros y pinturas que relatan historia de budismo, etc. En fin, vale la pena ir a apreciarlo.