Nombre chino: 仓姑寺 (Pronunciación:Cānggū Sì).
Precio de entrada: 35 yuanes.
Dirección: Ciudad Lhasa, Tíbet.
Duración sugerida de visita: de 1 - 2 horas.
Horario de apertura: de 8:00 am - 20:00 pm (lunes-domingo).
Temporada de viaje: Es recomendable de mayo a octubre.
Función de construcción: es el único convento de monjas budistas.
Tiempo de construcción: fue construido en la dinastía Ming y cuenta con una historia de más de 500 años.
El Templo de Canggu está ubicado en el distrito que pertenece a la verdadera zona antigua y es el único templo de monjas en Lhasa, además de que es muy conocido. El Convento Canggu está orientado al sur y es un edificio de tres pisos, en el segundo y en el tercero están las salas destinadas al culto budista. En el templo principal se puede encontrar la estatua de Avalokitesvara con mil manos y mil ojos, así como la estatua de Songtsen Gampo y la de Pabangka Rinpoche, quien fue uno de los fundadores del templo.
Lo más famoso del templo es la cueva cavada por Songtsen Gampo, que está ubicada en el sótano de la sala principal. Dentro de ella, está consagrada una estatua del rey tibetano Songtsen Gampo y todos los días hay tres monjas aquí de tiempo completo, cantando y rezando regularmente, así como, colocando ofrendas o reemplazando el aceite de la lámpara de la imagen.
El Convento Canggu tiene una tradición y un estilo particular, pues no solo es un paraíso para las mujeres budistas, sino también un lugar para que las mujeres laicas aprendan el dogma budista, la cultura del budismo y otros conocimientos. Aquí se han cultivado muchas figuras influyentes, incluida la famosa tibetana Sangding Dorje.
La historia del convento regularmente se remonta a la dinastía Tubo en el siglo VII. Según la leyenda, durante el verano en los valles de los tramos superiores del río Lhasa ocurrían inundaciones con frecuencia, que afectaban gravemente las tierras de cultivo y las aldeas a ambos lados del río, trayendo al pueblo grandes desastres y pérdidas. Con el fin de eliminar el daño causado por las inundaciones del río Lhasa a la gente y a la ciudad, el rey tibetano Songtsen Gampo mandó cavar una cueva alrededor del dique del río Lhasa, orando con el deseo de que su gente viviera en paz y fuera feliz de manera que se eliminaran las inundaciones. Más tarde, la gente nombró a la gruta donde el rey tibetano Songtsen Gampo había estado como "canggu", que significa cueva o gruta.
En el siglo XII, se dice que un doctor de talento maravilloso se encerró en la cueva a estudiar a fondo el budismo y consiguió un gran logro, haciendo a este lugar aún más conocido y famoso. Posteriormente, en el siglo XV, un orgulloso discípulo de Tsongkhapa, construyó oficialmente el Monasterio Canggu sobre la base de la cueva de práctica, sin embargo, en ese momento el templo no cubrió un gran superficie y no fue hasta principios del siglo XX d. C. que Pabangka Rinpoche y el 9º Ganden Tripa Qiangpa Quza invirtieron en una expansión a gran escala y gradualmente formaron la magnitud actual.
Antes de la liberación japonesa en 1949, muchos nobles enviaron a sus hijas al templo para aprender el dogma, con el fin de esquivar la alta dote matrimonial, que tenían que pagar. En la novela "El Dios sin género" del escritor tibetano Qu Zhen, se narran diferentes historias de las internas, por ejemplo, la protagonista Yang Zhen Zhuoma es una desafortunada mujer que sufre el desgraciado destino de estar en el convento contra su voluntad.
A diferencia de otras mujeres como Ani que nacieron en la pobreza y tuvieron que limosnear por todas partes, muchas nobles damas vivían en los pequeños edificios construidos o en los que habían invertido sus padres o sus hermanos, por lo que no solo podían estar eximidas de labores, sino incluso tenían bajo su servicio a varios sirvientes. A pesar de que estuvieran en el convento, la enseñanza abstinente del budismo no pudo suprimir el deseo de perseguir el amor, pues muchas monjas aristocráticas tenían contactos privados con sus amantes e incluso los llevaban al templo para las citas.
Hay una pequeña casa de té frente al templo en la que se puede degustar la auténtica comida tibetana, que incluye té dulce, fideos tibetanos, té con leche, patatas fritas, etc. El consumo per cápita es muy barato y va de 6 a 10 yuanes más o menos, aunque el sabor de la comida no es tan rico como en los restaurantes, es satisfactorio, pues después de un largo camino es grato sentarse a tomar un vaso de té dulce caliente u otro piscolabis. Por otro lado, vale la pena mencionar que los ingresos de esta casita de té en parte están destinados a los gastos del Convento Canggu.
Las líneas 5, 10, 12, 15, 17, 18, 19, 24, 25 pasan por el paradero Tie Beng Gang desde donde puede llegar al destino a pie.